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La pelea número 29 del Vikingo.
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Ésta es la historia que le sucedió al amigo de un amigo,
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corría el año 2010, mas precisamente el mes de abril, la noche
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se prestaba para salir por un par de copas pero él decidió
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asistir a su cita"de puños ajenos".
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Llevaba siete años perteneciendo a un grupo selecto
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de peleadores callejeros cuyo único fin era sacar su odio
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y conseguir algo a cambio de esto.
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Esa noche el amigo de un amigo al cuál lo llamaremos
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"Vikingo" para simplificar, iba a tener mas que su pelea mas
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recordada, no sólo por él sino que también por todos
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los presentes.
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Comienza el match, el saludo inicial y en el momento
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del choque de guantes, el oponente decide obviar el saludo
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colocándole así un golpe ascendente con el empeine
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de su pie izquierdo directo a las costillas, provocando
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con esto el quiebre de su primer costilla y la flotante correspondiente.
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En ese instante al comenzar la pelea, el "vikingo"
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no tuvo mas que proteger su costado derecho con su brazo
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bloqueando los golpes del retador que sabía serían continuos,
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así enfrentó todo el combate … sí, con tan solo una mano
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para atacar, lo cuál lo llevó a utilizar al máximo
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sus golpes de patada.
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Para ser breve y conciso en las peleas de "jaula callejera"
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casi todo vale, lo que le permitió al Vikingo
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utilizar sus artilugios para evitar ser golpeado de una manera
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lógica y pensada.
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Todo fue adverso hasta promediar el tercer asalto,
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allí el Vikingo conectó una patada ascendente y a posterior
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una barrida invertida consiguiendo con esto tirar
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al oponente, (en las peleas de jaula se sabe que una vez
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que caíste es muy difícil volver a estar de pie ),
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lo que provocó la ira sin medida de nuestro amigo.
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Le propinó golpes de rodilla en toda su humanidad,
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centrándose en el rostro lo cual era un sangriento y licito match.
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La pelea fue detenida y con esto el combate número 29 invicto,
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los que lo conocen dicen que jamás se volvió a meter
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en una jaula, salió con dos costillas fracturadas
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un derrame interno y la capacidad para darse cuenta
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de que esa había sido su última pelea.
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Dicen que los que tuvieron la suerte de conocerlo,
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el Vikingo hoy se dedica a algo totalmente diferente
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a lo de las peleas, pero es difícil creerlo,
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el que una vez tuvo ese fuego en las venas
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sabe que no se apaga fácilmente.
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No hay que aflojarle a la vida,
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ésta, permanentemente te pone obstáculos
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está en cada uno como enfrentarlos y superarlos.
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RICKY ROSE
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